El movimiento alcohólico que en los años 60 había surgido en España dio origen a que en distintas capitales del Estado y ciudades mas importantes surgieran asociaciones de carácter benéfico-social, sin ánimo de lucro, que tenían y siguen teniendo como objetivos primordiales, la información, prevención y tratamiento del alcoholismo, además de la reinserción social del alcohólico/a y/o familiares.
Aunque muchos grupos que se denominaban “grupos de lucha antialcohólica” nunca fueron un movimiento de “lucha” sino mas bien un movimiento de Ayuda
Mutua y Autoayuda. Dicho movimiento no ha estado nunca y no está en contra del consumo de alcohol, sino en contra de un consumo abusivo, por las graves consecuencias que a nivel personal, familiar y socio-laboral conlleva para quienes sufren esta enfermedad, el alcoholismo El 13 de junio de 1982 y con la asistencia de representantes de las asociaciones Acali de Córdoba, Grexales de Granada, Grupo Lucha Antialcohólicos de Huelva, Área de Málaga, Anclaje de Sevilla y Grupo de Lucha Antialcohólica de Cádiz, tubo lugar la primera reunión para constituir la Federación Andaluza de Alcohólicos Rehabilitado (mas adelante FAAR) con el fin primordial de prestar servicio a sus afiliados.
A lo largo de 1982 fueron numerosas las reuniones que mantuvieron los representantes de las asociaciones antes citadas, llegando a la conclusión de que la única forma de conseguir ser escuchados, conocidos, de hacerse sentir y como consecuencia de SER MAS FUERTES, pasaba por crear una Federación de Asociaciones que tuviera como fines aglutinar los intereses comunes, el intercambio de experiencia, prestar apoyo y asesoramiento a sus Asociaciones Federadas y aunar todos los esfuerzos encaminados a la recuperación del enfermo/a alcohólico/a y familiares y a la erradicación, (¡que utopía!), de la enfermedad social del alcoholismo.
El primer Congreso de la FAAR tuvo lugar en el Palacio de la Merced de Córdoba a finales de octubre de 1983 y ya desde entonces todos los años se celebró el congreso a lo largo y ancho del territorio Andaluz, llegando a tener en algunos de ellos una asistencia de mas de 1.100 personas, teniendo que contratar habitaciones en hasta 5 hoteles distintos.
Durante los años siguientes se fueron incorporando asociaciones de todas las provincias de Andalucía, incluso de Ceuta y Melilla. En una de las primeras reuniones del año 1988 con el comisionado para las drogas de la Junta de Andalucía, este sugirió a la FAAR de hacer “algo grande” fuera de nuestra zona de confort. Los miembros de la Junta directiva se pusieron manos a la obra y se les ocurrió que todas las asociaciones federadas celebrasen una jornada de reflexión en el mes de septiembre “una jornada contra el alcoholismo” con mesas informativas en los lugares mas emblemáticos y concurridos de cada localidad donde existía una asociación de la FAAR, cuñas en las radios, pegadas de carteles, etc. etc. Así nació el “Día Sin Alcohol” que ya pasó a celebrarse todos los años el 15 de Noviembre y que es una jornada de reflexión sobre el consumo abusivo del alcohol. Unos años mas tarde empezó a celebrarse en otras comunidades autónomas e incluso en otros países, sobre todo de habla hispana, aunque en estos, no siempre en las mismas fechas. Así seguimos hasta el día de hoy.
Desde el principio aparte de los congresos anuales, la FAAR ha impulsado la celebración de convivencias entre asociaciones, congresos provinciales, celebraciones de los aniversarios de las asociaciones, conferencias a cargo de profesionales de la medicina y psicología. También eventos deportivos, como cicloturistas, maratones, torneos de fútbol, de baloncesto, etc. para llegar sobre todo a los jóvenes y también al resto de la sociedad andaluza e informarles sobre las nefastas consecuencias del abuso del alcohol tanto en el ámbito familiar, social así como profesional y que es posible divertirse sin consumir alcohol.
En los años 90 también se confeccionaron, a cargo de profesionales, cartillas para los/as alcohólicos/as de manera a que las personas que acudían a las asociaciones recibiesen información sobre la enfermedad del alcoholismo. También se hicieron cartillas para los familiares, de manera a que entendiesen que podían estar conviviendo con un adicto, con un enfermo y darles esperanza de que la situación que estaban o están viviendo tiene solución. Dichas cartillas con el paso del tiempo se han ido actualizando, adaptándose a los nuevos tiempos.
También desde la FAAR se realizan cursos de formación para monitores de acogida, monitores de grupos de autoayuda y cursos de prevención en recaídas impartidos por profesionales, tanto para los adictos como para familiares, de manera que actualicen sus conocimientos sobre otras drogas puesto que las personas que acuden en los últimos tiempos a las asociaciones son poli_adictos aunque el alcohol es la sustancia predominante.
Desde su creación, la FAAR solicitó subvenciones a la Junta de Andalucía al principio a través del comisionado para la droga, mas tarde a las diferentes conserjerías que fueron surgiendo, ello nos permitía dar una mayor asistencia a las asociaciones llegando a tener contratados a un especialistas en psicología, una trabajadora social e incluso un/a administrativo/a. A día de hoy aunque la carga de trabajo sigue siendo la misma, dichas subvenciones han DISMINUIDO (la de mantenimiento mas del 60% en relación a 2018), hasta tal punto que dicho aporte no cubre ni el sueldo a media jornada de la trabajadora social la cual también hace las funciones de administrativa, ni por tanto los gastos del alquiler del local, ni el agua, ni la luz, teléfono, gestoría …, ni por supuesto los desplazamientos que efectúan los miembros de la junta directiva.
Tanto las asociaciones como la federación estamos realizando un trabajo y llegando a donde la administración pública ha reconocido que no llega, pero
sin medios económicos cada vez es mucho más difícil por no decir imposible ya que la situación económica de esta federación se puede considerar crítica.